La vida es un instante...

Me tardé mucho en escribir otra vez, pero los últimos días de viaje el internet estaba muy malo y el cansancio se había acumulado. Llegamos al hotel en Kanab un poco tarde, pero cenamos delicioso. No nos despertamos tan temprano al día siguiente. Paramos a desayunar y nos fuimos para Zion. En el camino nos encontramos unas dunas de arena color coral, un parquet estatal, y decidimos parar. Estaban bien padres y tomamos unas fotos muy divertidas. Después fuimos a Zion. Creo que ahora puedo decir que mi carretera favorita fue la de el parque nacional Zion. No sé cómo describirla. También es un cañón, pero este lo ves de abajo para arriba a diferencia del Gran Cañón que lo ves de arriba para abajo. Hacía muchísimo calor, pero el día estaba hermoso. No exploramos mucho que digamos. Vale la pena quedarse por lo menos una noche en la mayoría de los parques a los que fuimos, pero este viaje no estaba planeado para eso. De cualquier manera pudimos darnos una idea de lo que era  y tener la seguridad de que vamos a regresar. Después manejamos a Las Vegas. Debo confesar que los últimos dos días de viaje estuvieron muy mal planeados, y llegamos a Las Vegas muy tarde y muertas de hambre. Era la primera vez que mi mamá iba a Las Vegas, así que me aguanté y caminamos un poco para que viera de qué se trata el asunto. Había muchísima gente, pero estuvo divertido. Había decidido que esa noche nos íbamos a dar un lujo en la cena, así que cenamos en un restaurant que se llama Mon Amie Gabi en el hotel de Paris, justo enfrente del Bellagio y nos tocó ver el espectáculo de las fuentes mientras cenábamos. La cena estuvo deliciosa, y nos tomamos nuestro vinito. Después jugamos en las maquinitas un rato, pero yo estaba muerta, así que me fui a dormir y mi mamá se quedó jugando un rato. La mañana siguiente la tomamos con mucha calma y salimos de Las Vegas hasta la 1 de la tarde. Demasiado tarde, porque yo quería llegar a Monterey ese día… o más bien noche. Por alguna razón (y creo que ya sé cuál es) tenía prisa de llegar a Monterey el viernes en la noche. El atardecer fue uno de los más bellos que he visto y manejamos sobre una carretera famosa por sus vistas hermosas…de noche, así que no vimos nada. Llegamos al hotel después de las 11 de la noche, muertas. El sábado en la mañana empecé a buscar un lugar donde vivir; hablé por teléfono, mandé correos, vi un par de lugares. El primer lugar al que fuimos me encantó. Lo supe todo el tiempo pero de todas formas intenté ver otros lugares. Estoy convencida de que mi papá me está cuidando desde arriba. Regresé al primer lugar y pagué el depósito y la renta. Es un estudio en Pacific Grove; tiene su propia entrada, está amueblado y puedo recibir visitas. Está ideal para que me concentre en mi escuela/trabajo, cerca dela Universidad, amplio, con cocina, y todo lo que necesito. No podía creer lo rápido que encontré un lugar, pero ese lugar no iba a durar mucho. Así que supongo que esa es la razón por la que ya quería llegar a Monterey. El dueño es muy agradable, un ruso que arregla instrumentos de orquesta. Muy interesante. Hoy fuimos a la Universidad por mi credencial y el permiso del estacionamiento. Mañana y el miércoles nos vamos a relajar y disfrutar del lugar, porque mi mamá se va el jueves. La voy a extrañar como loca. De verdad que soy una persona muy afortunada por tener unos padres tan maravillosos que me apoyan y que creen en mi como lo hacen. Gracias a ellos son quien soy, estoy en donde estoy y puedo hacer que mis sueños se hagan realidad. No puedo creer que estuvimos viajando 10 días y que vimos todas esas maravillas. La vida solo es un instante y se tiene que vivir cada instante al máximo, ¡porque de eso se trata!